«¿Que tiene que cambiar?», la columna de Gerardo Mosqueda

«¿Que tiene que cambiar?», la columna de Gerardo Mosqueda

abril 23, 2023 Desactivado Por Redacción

¿Quién tiene que cambiar? ¿Qué tiene que cambiar?

Cuando hablamos de lo que más les preocupa a los mexicanos, la lista de asuntos coincide en más de 80%, el problema número uno para las muestras representativas de todos los estudios de campo que podemos conocer; porque están accesibles al conocimiento de los ciudadanos: Inseguridad, economía, corrupción.

Después de que se ha militarizado la seguridad para los mexicanos, se deja los presupuestos abiertos para que se manejen sin restricción alguna por parte de la secretaria de seguridad federal y las fuerzas armadas que incluye, desde luego a la guardia nacional, se ha dejado sin fondos públicos la formación y estructura de las policías estatales y municipales… autoridades civiles que han bajado los brazos y nada se proponen hacer para cambiar las condiciones de inseguridad de los mexicanos.

Nunca se había tenido tal alto índice de crímenes dolosos en el país, da lo mismo la naturaleza del crimen; todos los conceptos de clasificación se han incrementado… cuando el presidente lleva más de cuatro años diciendo que se reúnen diario en el gabinete de seguridad del país, el gobierno federal justifica tener inversiones para tecnología, incremento de estructuras y operaciones para espionaje ( no he dicho que de forma legal, pero lo hacen ), nada hace que cambien los índices, no parece cierto que estemos ante un trabajo que corresponda al nivel de preocupación de los ciudadanos del país; a las autoridades no les importan estas prioridades de los mexicanos y de todos los partidos, sin importar su origen político prefieren callar, en general ser omisos ante el tema y actuar como si fuera parte de la normalidad en el país que estén matando seres humanos todos los días con un saldo de muertos superiores a un estado de guerra.

Las fiscalías están a disposición de los poderes ejecutivos, empezando por el federal (así es que de nada sirvieron las reformas constitucionales para crear fiscalías independientes) los fiscales tienen las prioridades que les dictan desde el poder ejecutivo federal o de cada uno de los estados… estas reformas han servido para incrementar los presupuestos pero ninguna tiene resultados que sostengan que haya mejorado, que haya bajado el número de crímenes, que haya mejorado la percepción de inseguridad en la vida cotidiana de los mexicanos..

Hoy matan a vacacionistas a plena luz del día, en medio de familias que nada tiene que ver con los ajustes de cuentas entre grupos criminales, lo mismo puede suceder en cualquier centro comercial o en el domicilio particular, en el cruce de una calle… da igual.

Para las elecciones que están por venir, las de 2024, los aspirantes están en sus gestiones de cabildeo interno a sus partidos y produciendo mensajes que por supuesto están dirigidos a sus seguidores, a sus militantes, a sus simpatizantes… todavía no a los ciudadanos potenciales votantes, haciendo lo posible para que “los volteen a ver” y piensen que son los candidatos ideales, los que pueden representar los intereses del partido de su militancia; no los que pueden encabezar las tareas de convocatoria ciudadana y desde luego los que tengan la fortaleza de asumir la conducción del país, de los estados y por supuesto, de los municipios.

Es decir, los discursos para comunicarse con los ciudadanos, si los hay, se tratan de cualquier otro tema, no de las prioridades de los ciudadanos. Guanajuato, por ejemplo, con los más altos índices de criminalidad, con eventos que afectan a todos por los niveles de impunidad y deterioro social nunca antes visto, cuenta con autoridades que están en la frivolidad de “afinar” sus estructuras partidistas porque lo que viene electoralmente los tiene muy preocupados… así que no importan las responsabilidades derivadas de la tarea de gobernar, hay que prepararse para competir con la federación y ver quién reparte más dinero en los programas sociales, quien compromete a más mexicanos con las “dádivas que vienen del gobierno” porque al final lo que se cuentan son los votos.

Llegamos al límite de la indolencia, pero aún no llegamos a lo fecha de las elecciones, quiere decir que al paso que vamos nos falta ver una infinidad de incongruencias de parte de los actores políticos a menos que reaccionemos y como ciudadanos convengamos en reconocer que es la sociedad quien puede marcar la pauta de la política, de la economía, del desarrollo social, del futuro que queremos para nuestro país.

Si seguimos esperando a que el presidente cambie, a que los gobernadores y cuantos seguidores tengan cambien, creo que tendremos que hacer un esfuerzo inusual de paciencia… la capacidad de reacción de la sociedad puede ser que tarde, pero llega y puede llegar a tiempo, así como llegó para manifestar nuestra posición con respecto al INE. No creo que tenga sentido esperar que los gobernantes cambien de actitud y reconozcan que están equivocados.

Son los ciudadanos los que tenemos que cambiar nuestras actitudes y nuestros intereses, no es suficiente con manifestar cuáles son nuestras prioridades por los problemas que vivimos como sociedad, es necesario llevar nuestras actitudes a la acción ciudadana que activa la voluntad de retirarnos la anestesia que nos tiene como mudos observadores del desastre.

¿Piensas que un autócrata como el que gobierna este país y como muchos gobernadores y aspirantes a gobierno va a cambiar de estrategia si los ciudadanos han decidido ser mudos observadores y “aguantar” esperando a que suceda algo que cambie la realidad del país?

Entre los líderes sociales que asumen su responsabilidad social y proponen acciones para contar estar la inseguridad en el país están los obispos que han convocado desde la conferencia del episcopado mexicano a jornadas por La Paz en todo el país, espacios para diagnosticar, sensibilizar, proponer y resolver cómo llegamos a un país con armonía y no con polarización, identificando que somos muchísimos más los mexicanos que deseamos paz y armonía para el desarrollo de nuestras nuevas generaciones que más conflictos y confrontaciones.

No nos interesa seguir polarizando entre hermanos mexicanos, culpando a otros de los males que nos afectan a todos y que las autoridades no están dispuestas a resolver y por desgracia, suelen ser parte del problema porque están coludidos y dejan actuar con total impunidad a los delincuentes, es decir, actúan como otros delincuentes.

Lo qué hay que cambiar son las actitudes de los ciudadanos porque son el origen del mandato y el fin de la acción de gobierno, es decir, se eligen autoridades para que asuman el servicio a la sociedad, en eso consiste el honor de servidor público.

Si esperamos a que cambie el autócrata que ahora dice que en el año y cuatro meses que le quedan de gobierno va a dejar un sistema de salud mejor que el de Dinamarca (sic)… mejor será organizarnos para elegir gobernantes que asuman la agenda de reconstrucción nacional, empezando por la seguridad y confianza de los ciudadanos.

Somos los ciudadanos los que debemos retomar las líneas de dirección de la vida del país y resurgir con principios y valores de convivencia y respeto entre los ciudadanos y de las autoridades con los ciudadanos.

Al presidente y los miembros de su partido sólo les creo su capacidad de polarizar y enfrentar a los mexicanos entre sí, en una confusión que destruye la convivencia ordenada entre los ciudadanos, es decir, exactamente la agenda contraria al orden constitucional.

La clave del cambio en nuestro país está en la participación ciudadana.

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

José Gerardo Mosqueda Martínez

Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato