El aprendizaje en la política, la columna de Gerardo Mosqueda. 18 de marzo de 2023
marzo 18, 2023Tengamos paciencia…
Recuerdo que hace algunas semanas compartí con ustedes, estimados lectores, la pertinencia de comunicar a las generaciones jóvenes de nuestro país la necesidad de que se involucren en los asuntos de la vida de la nación y también propuse estar atentos a las reacciones de estas generaciones ante los retos de la creatividad y los “atajos” que cada día se van creando como opciones para entrar al mundo de las iniciativas productivas, creativas y por supuesto, rentables….
Como todo proceso de aprendizaje requiere el esfuerzo didáctico del que transmite el conocimiento, la vivencia, la experiencia y a la vez el estado de ánimo dispuesto para aprender, comunicar ese estado de ánimo y las ganas de construir, casi de inmediato sobre lo recién aprendido… está es una de las facetas del énfasis emocional sobre el aprendizaje, es una de las maneras de interpretar la inteligencia emocional y desde luego de profundizar en las imágenes del nuevo conocimiento.
A las nuevas generaciones les podrá tomar más tiempo del que un espacio de ansiedad pueda permitir y sin embargo… paciencia, es decir, un poco más de tiempo, también una diferencia esencial en las formas y lo más probable será que ambas partes se encuentren con formas que no habrían imaginado, inclusive unos momentos antes.
Así es de espontáneo el conocimiento, la vivencia, el aprendizaje.
También en la dimensión política de la persona existe un proceso de aprendizaje que no se suple más que con otro proceso de aprendizaje; solo los que, dándose cuenta o no, de que son un ejemplar modelo del síndrome de producto terminado pueden pasar sus tiempos y no darse cuenta que su actitud pro activa para aprender dejó de ser parte de sus intereses del momento.
Pues para cualquier novedad de conocimiento es necesario un proceso de aprendizaje; más o menos complejo, más o menos atractivo pero que sin duda cambia la visión de las personas respecto de su entorno y de la propia actuación en sus relaciones interpersonales.
También en la política hay un proceso de aprendizaje, también hay grados de conocimiento, mayor o menor comprensión y sobre todo hay un diferencial insustituible: una nueva relación con el entorno que generalmente ofrece la oportunidad de hacer una causa común, de recrear una narrativa con la que se generan nuevos conceptos de entendimiento con las demás personas; así nace una nueva visión sobre el entorno que vivimos, también nuevas maneras de describir nuestras realidades y desde luego, de pronosticar situaciones futuras, especialmente en el corto y mediano plazo.
En este aprendizaje sin prejuicios nos podemos encontrar con otras visiones de nuestra realidad, describirla, confrontarla y hasta encontrar nuevas maneras de asociarla con realidades pasadas.
Así es que no es primero el método de conocimiento, es primero la descripción de la realidad, no hace falta tomar lecciones de metodologías e ideologías para luego ir a la realidad y tratar de interpretarla a la luz de premisas que si bien, siempre son abstracciones no son la realidad misma.
Lo primero es ver la realidad, describirla, de preferencia con indicadores recientes, desde luego que ayuda si tenemos un buen intérprete de la realidad; reciente, informado, conocedor, con herramientas metodológicas y con compromiso con la verdad, con la honestidad intelectual y con el deseo de ayudar a otras personas
Para aprender en la política, de la política, con los políticos… no hace falta estar primero en un partido político, en realidad casi ninguno de los activos en los partidos políticos están interesados en que sus miembros estén mejor enterados… desgraciadamente también prefieren que los nuevos miembros conozcan menos… es una manera de tenerlos a su servicio y operación política ( tal vez pensando que ya irán comprendiendo conforme se enfocan a las actividades que les encomiendan ), es decir, la premisa es la acción y desgraciadamente la manipulación, precisamente por estar mal enterados, desinformaros, desinteresados en conocer de las razones para la acción.
Una vez que hemos visto el impresionante fenómeno de hartazgo de la sociedad como consecuencia de la acción de un gobernante autócrata y un partido oficial que está en la lógica de la ambición del poder hace falta que busquemos aprender a cierta velocidad como es la realidad política de nuestro país, si le da tiempo, sería muy bueno también estar enterado de la realidad de los países de América.
A los partidos en general les haría bien un esfuerzo por contar con seguidores enterados de la realidad, por lo pronto harían de la política una tarea significante, respetada e inspiradora de confianza en los ciudadanos.
Vienen tiempos en nuestra nación, en breve, que pondrán a prueba que tanto nos afecta la estrategia de polarización del gobierno, el intento de confrontar y dividir a los mexicanos a base de soliloquios interminables, sin contenidos constructivos de la nación que requiere crecimiento económico, promoción de propuestas productivas, grandes esfuerzos educativos y de salud.
Un servidor también comparte que la acción sin convicción es estéril… servirá de catarsis (en el mejor de los casos) cuando lo que se requiere es un cambio sustancial en las actitudes de los mexicanos y un gran esfuerzo por recuperar las condiciones productivas que el país ha perdido.
Pero todo ello demanda saber, entender, conocer, comprender… que nuestras acciones no pueden estar descoordinadas, alejadas de la realidad, ser solo un mecanismo de compensación, es decir, una manera de desahogar el mal humor que produce escuchar banalidades todos los días y ver cómo se destruyen estructuras sociales y por tanto esperanzas en muchos mexicanos que todos los días pierden oportunidades de realización en sus vidas.
El interés por la política es solo un primer paso para la participación política, a lo que no podemos sustraernos es a la participación política en una agenda de bien común, es decir, donde prevalezca el interés general por las personas antes que los intereses de grupos en los partidos donde se desdibujan los ideales y aparecen los intereses personales o de grupos aspirantes de poder.
La realidad mexicana requiere una buena dosis de idealismo y conocimiento de la realidad para confrontar con los intereses y las mentiras de quienes hoy gobiernan el país y han hecho de él un desastre que tardará en recuperarse.
Por favor haga el modesto esfuerzo en entender que la política es importante, necesaria, pertinente, pero requiere saber, entender…
Hay tiempo para la acción política y necesariamente para la participación en los términos que permiten las leyes, es decir, a través de los partidos políticos qué hay en el país. Empecemos por escoger lo mejor posible: si los partidos contribuyen al desastre en el país no creo que podamos obtener algo positivo.
Si los partidos entienden esto, antes que los ciudadanos con deseos de participar, podrán ofrecer su mejor versión de organización política y hasta conseguir adeptos que fortalezcan la participación política que tanto se necesita para canalizar las inquietudes ciudadanas.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato