A 40 años de la partida del Santo… sigue vigente en el alma de los mexicanos
febrero 5, 2024José Juan Ramírez
Opinión Bajío.- Ya son 40 años de aquel 5 de febrero de 1984, una fecha que quedó marcada en la historia de éste país, historia no sólo deportiva, sino cultural y social. La sociedad mexicana quedó impactada cuando se dió la noticia: Santo, el Enmascarado de Plata, se había ido.
Dicho suceso tuvo una repercusión similar a la que se registró cuando habían anunciado la muerte de otro de los íconos mexicanos, como lo fue Pedro Infante. La máscara plateada, símbolo de la lucha del bien contra el mal, había sucumbido contra el eterno verdugo de la humanidad: la muerte.
El Santo -Rodolfo Gumzán Huerta, su verdadera identidad, que siempre cuidó mucho- nació un 23 de septiembre de 1923, en la ciudad de Tulancingo, Hidalgo. Luego, la vida lo trasladó a la Ciudad de México, donde comenzó a entrenar deportes. Se interesó junto con su hermano Miguel -luego conocido como “Black Guzmán”- en el pancracio, entrenando para convertirse en luchador profesional.
Inició como el Hombre Rojo, Rudy Guzmán, Murciélago Enmascarado, hasta que se le sugirió usar una máscara plateada y escogió usar el nombre de El Santo.
Poco a poco fue ganando notoriedad, al grado de que se imprimió una revista llamada Santo el Enmascarado de Plata, aunque luego ya no participó por diferencias con el editor. Luego vinieron las películas, siendo la primera Santo contra el Cerebro del Mal, aunque hay que decir que el primer “enmascarado de plata” en el cine había sido Don Cesáreo Manrique, el Médico Asesino.
Las películas fueron un éxito, pese a que nunca tuvieron buen presupuesto, salvo una o dos. Lo mismo se enfrentó contra hombres lobo, que sexys mujeres vampiro, monstruos, marcianos, mafiosos, secuestradores o criminales en serie. A todos derrotó.
Combinaba la lucha libre con el celuloide. Quizá por eso, ganó más fama: a diferencia de Batman, Supermán y otros superhéroes, al Santo lo veías en el cine en la matiné del sábado y luego podías verlo en la arena, para enfrentar no a monstruos, sino a rivales que eran más fuertes y difíciles, como eran el Cavernario Galindo, Blue Demon, Black Shadow (a quien destapó y mostró el rostro del leonés Alejandro Cruz) o quizá una de sus luchas más sangrientas, el encuentro máscara contra máscara contra el Hermano Espanto 1.
Santo nunca fue el mejor luchador o el más técnico. Pero es indudable, que es el más representativo, el mas icónico, el que mas ha perdurado en la memoria y se ha convertido en una imagen reconocida mundialmente. Si ves la máscara del Enmascarado de Plata, ves a México.
Sus películas, pese a pasar tanto tiempo, siguen vigentes y se transmiten en televisión abierta o de paga. En Guanajuato, por obvias razones, la más famosa es la lucha contra las Momias, encabezadas por el terrible Satán, encarnado por el actual luchador Tinieblas.
Su vástago, el Hijo del Santo, ha cumplido con creces su tarea, ha sabido mantener su nombre vigente, su legado está a salvo, tanto luchísticamente (es mejor y con mayor técnica que su padre) como en la comercialización y promoción de la imagen. El ícono se ha transformado en marca muy exitosa.
Aquel fatídico 5 de febrero de 1984, el Santo perdió la tercera caída a los 66 años debido a un infarto…
Sin embargo, Santo, el Enmascarado de Plata, está más vigente que nunca… quizá, porque él siempre derrotó a los malos y ahora, en el momento tan triste que vive México, en donde el mal parece estar ganando, los mexicanos necesitamos tener una figura que nos dé esperanza de que, al final, el bien derrotará al mal…